Estoy en el centro de todo, viendo hacia la nada y sintiendo por completo el dolor del mundo. Debajo de mi hay una ciudad en llamas, que agoniza lentamente, toda la gente que ahí habita grita al unísono, formando un ruido escalofriante que, aunque me encuentre tan alto se sigue oyendo y estoy seguro de que más arriba se sigue escuchando, el viento me ha contado que aquella gente nombra por "risa" a esos gritos infernales, en mi país hay otro concepto de felicidad.
Cuando alzo mi mirada me deleito con la inmensa cantidad de árboles y variada flora que ahí vive, cuando quiero subir me basta con esperar una estrella, subirme y abrazar su cuerpo esférico y ardiente, paso horas recorriendo los caminos llenos de pastizal, frutos y armonía, intentando encontrar alguien como yo, pues he pasado tanto tiempo lejos de las llamas, que me he olvidado ya de los rostros que se fundían, solo el sonido que emana de sus bocas sigue en mi memoria. Cuando tengo sed me dirijo al lago cristalino a beber agua y como siempre ahí está, la única persona que he visto en este bosque, me mira fijamente pero nunca habla, hay gotas brotando de sus ojos que cuando caen salpican mi rostro y en mi temor por interrumpir su felicidad me quedo callado, observando los rayos del sol que entran por sus ojos y generan un tono rojizo que me genera una sensación extraña en el pecho.
A veces, cuando la obscuridad domina el alrededor, cuando las estrellas empiezan a nacer y los sonidos de la vida nocturna del bosque empiezan a acariciar mi oído, cierro los párpados e imagino mis ojos, no sé cuál sea su color, pero me gusta pensar que son iguales a los de un ave, trazo en mi mente las líneas que definen mi rostro, creo que las preciso, aunque no lo puedo asegurar. Después me quedo dormido y sueño que las llamas me consumen. A la mañana siguiente, despierto de nuevo en aquel lugar intermedio, muy lejos del fuego para que no me toque y muy cerca de la cumbre en donde habitan mis hermanos árboles, mis hermanos animales y donde se esconde aquella persona de gotas en las ojos y ojos rojizos.
Francisco C.
- Autor: Francisco Garrick (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 8 de septiembre de 2019 a las 03:47
- Categoría: Cuento
- Lecturas: 14
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