Vivió muriendo de amor

Hoy nos hemos levantado con una triste noticia. La balada española luce crespón negro vinilo y el pentagrama guarda un riguroso minuto de silencio al conocerse la pérdida de una de las voces más significativas del país, pues esta madrugada nos ha dejado Camilo Sesto, sin duda uno de los cantautores más carismáticos del panorama musical en las últimas décadas. Sinceramente, nunca he guardado cola para asistir a alguno de sus conciertos ni me he comprado un disco suyo, pero quien no ha tarareado alguna vez(sobre todo quienes ya pintamos canas) aquello de "vivir así es morir de amor" o "perdóname", dos de sus temas más populares, que se convitieron en auténticos himnos de la transición.

La música siempre me ha acompañado allá donde he ido y al igual que me ocurre con la literatura, no me he ceñido en cuanto a preferencias se refiere a un determinado estilo musical, ni he sido fan de un compositor, cantante o grupo musical en concreto, de la misma manera que tampoco me he decantado por un escritor en particular. Me pueden gustar mucho 2 o 3 canciones o novelas sueltas de algún autor y no así el resto de sus títulos. No imagino mi vida sin musicalidad, al igual que tampoco la concibo sin las letras. Hay tipos de música, como pueden ser el jazz o el heavy metal, que nunca me han atraído, pero lo mismo me pongo a escuchar música clásica que rock de los años 80. Pienso que la música es un arte en decadencia y aunque aún siga apareciendo algún que otro cantante o compositor digno de elogios, la mayor parte de la música que se crea hoy en día, en una actualidad en la que se persigue tanto el éxito comercial inmediato, cuyos sonidos y voces son manipulados y enlatados por la tecnología electrónica, al final termina siendo de usar y tirar; canciones de verano o primavera que en su momento son entonadas por todo el mundo y cuando pasan de moda son arrumbadas en el cajón del olvido y a otra cosa mariposa. Quizá yo lo vea así influenciado también por un cierto punto de vista nostálgico. Me voy haciendo viejo y todo cuanto ha configurado mi juventud, tanto directa como indirectamente, se va desvaneciendo materialmente aunque permanezca gravado en el recuerdo, y cada día que pasa son 24 horas más de terreno que me gana la nostalgia. Por esto, es una opinión muy personal, pero a mi modo de ver la última música intemporal se compuso hace 2 o 3 décadas, tanto en España como en el extranjero, y sin duda, Camilo Sesto fue uno de sus máximos exponentes. Descanse en paz que su voz nunca se apagará.