Los ancianos de mi pueblo suelen evocar las "cabañuelas"
cual si fuera una leyenda que relataban voces ancestrales.
Los primeros doce días de enero
marcarían cómo se comportaría el clima a lo largo de los doce meses del año.
Cada día representaba un mes.
Así, ellos sabían si llovería en abril o en mayo
Si la canícula o época seca en julio permitiría recoger cosechas
Si los aguaceros serían copiosos en octubre
O tendrían que desengavetar abrigos en noviembre.
El clima era bastante predecible en aquella época.
Contrario a ahora, que es absolutamente loco.
El cambio climático es una aplastante realidad.
Y provoca mucho dolor y mucha impotencia
las incongruencias en la actitud de individuos y colectividad
en la protección del medio ambiente.
El planeta arde en todos sus puntos cardinales.
La contaminación es la consigna mundial.
Flora y fauna se extinguen a paso acelerado con la destrucción de sus habitats.
El hombre se condena a la autodestrucción.
La voluntad política apunta
a los intereses más mezquinos de los cada vez
más voraces e inescrupulosos gobernantes.
Las potencias encubren en un doble discurso
su compromiso ecológico.
El Tercer Mundo sumido en la ignorancia
contamina y destruye mucho más.
Los indígenas y defensores de las reservas naturales
son martirizados y aniquilados.
El mundo ha despreciado la sabiduría y sensatez
seducido por el putrefacto poder del dinero.
Nuestro planeta está colapsando
y nuestra civilización está condenada a desaparecer.
La actitud ambientalista sigue moviéndose en el marco teórico
sentados cómodamente en una butaca
viendo un documental de Nat Geo
o mostrándonos ecológicamente sensibles
con publicaciones en redes sociales
mientras todavía abunda el plástico en nuestras cocinas,
continuamos abusando de la comodidad del vehículo
rindiendo pleitesía a la cultura desechable
Y todo esto sumado al hecho de que,
UNO es, la síntesis de la insignificancia
la desolación, la impotencia, la casi nulidad...
Aunque...
Uno, en obediencia a la Voluntad de Dios UNO y TRINO
Uno con un pensamiento responsable,
Uno hace eco...
y Uno será Dos y Tres... y Cien, y Mil, y Diez millones
y quizás Billones,
con el MISMO pensamiento RESPONSABLE
que convertido en ACCIÓN provocaría REACCIÓN
y todavía... todavía
tal vez, todavía...
podamos volver al tiempo aquel
donde había verde en el planeta
y flora y fauna diversa
Y tal vez le quede aún vida a nuestra Tierra
para enseñar a los niños
a prestar atención a cabañuelas
los primeros doce días del año.
- Autor: Desiderata (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 12 de septiembre de 2019 a las 22:49
- Categoría: Reflexión
- Lecturas: 47
- Usuarios favoritos de este poema: kavanarudén, Texi
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