La luna pintarrajea sus oscuros movimientos.
Cielos nocturnos, apocalipsis de la nada.
Entre tanto, alguien guarda un silla vieja
y apelmazada, labios contra labios, vajillas
secuestradas en un imperio de porcelana soez.
Alguien besa el lastre oculto en las espaldas.
Reclama el viento su paisaje favorito,
como en sueños, la reina de corazones,
ha vestido su clamor de esperpento y de huesos.
Mientras me visten con atuendos orondos y elípticos,
van desfilando reinas de un futuro tan lejano
como lo fue en su momento mi pasado.
La luna es una borracha que quiere vestirse
de hacendada, propietaria del cielo, pretende
incordiar a todo aquel que se lo proponga.
Vestiduras rasgadas, motes de aficionado,
alcohol de gasolinera, mil vicios y ninguna cartera.
Ya desgarra el viento el buche de los asmáticos
con su ebriedad de carretera.
La luna me guarda algunas noches y algunos secretos.
De viejas tumbas hizo un misterio con mis pequeños perfumes.
Y yo visto la leyenda de todo un ciclo de ahogados grotescos.
©
- Autor: Ben-. ( Offline)
- Publicado: 13 de septiembre de 2019 a las 01:24
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 29
- Usuarios favoritos de este poema: Winda, kavanarudén
Comentarios3
La luna se irá
...y no volverá, gracias!
La luna, esa fuente inagotable de inspiración, de musa.
Sentidas y profundas letras.
Kavi
Gracias Kavi, un abrazo!
La luna siempre está tratando de dirigir nuestras vidas.
¡Un placer leerte!
Saludos, Angelwanda
Gracias, saludos!!
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