En la calle del aire,
un sentir cercano se me aparece,
ansiosa mi mente,
descubre el secreto que nos une...
De tal suerte que,
mi alma espera merecerte,
y al instante,
te agasajo en estima reverente...
¡Ay mi dulce Virgen!
Que te contemplo concurrente
en todo cuanto existe.
No hay nada que, a ti no me conecte.
Más tu lauro refulgente,
por todo mi entorno se extiende.
¡Ay augusta madre!
Que engalánas de dicha mi semblante.
- Autor: el brujo de letziaga (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 17 de septiembre de 2019 a las 03:11
- Categoría: Espiritual
- Lecturas: 23
- Usuarios favoritos de este poema: Texi
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