-- Dios nos vive --

el brujo de letziaga

Lo que se me fue,
que huyó con su lenguaje.
Su voz en el paisaje,
y de mi mano rimas en enjambre...

 

Se me fue alegremente,
como un renglón que no se consume.
Escudriñando lo distante,
y al secreto de una estrella errante...

 

Se vistió con un santo ropaje,
de tal suerte que,
jamás en su mente se le borre,
lo que sabe que yo sé...

 

Que Dios nos vive,
manifiesto y ardiente, mansamente,
en los ojos del aire,
algo evidente... cuando nos bendice.

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