A LA HORA APETECIDA.
Convergen celo y deseo,
a la hora sin tiempo,
en espontáneo momento,
de entrañado devaneo.
Y así el amor consuma,
entre pieles encendidas,
tantas ansias apetecidas,
que con entrega perfuma.
Aromas de alientos,
entre gemidos y besos
y sensuales movimientos,
sincronizan ávidos cuerpos.
Es la hora apetecida,
sin límite ni pudor,
donde tú y yo mi vida,
catamos nuestro amor.
Más no tenemos tiempo,
ni fracción de un calendario,
toda hora, momento y diario,
es a nuestro corazón dispuesto.
Y en nuestras vidas,
toda mirada o caricia,
son siempre apetecidas
y perpetua albricia.
Autor: Víctor A. Arana.
(VÍCTOR SANTA ROSA)
Septiembre 22 del 2019.
- Autor: VICTOR SANTA ROSA ( Offline)
- Publicado: 23 de septiembre de 2019 a las 16:58
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 56
Para poder comentar y calificar este poema, debes estar registrad@. Regístrate aquí o si ya estás registrad@, logueate aquí.