Una mirada, un cerrar de ojos,
que no se me olvida.
Una sonrisa tibia en esos jugosos,
y carnosos labios, que daban envidia.
El aire suave de aquel verano pasado,
que segía tus pasos, jugando con tu pelo,
te abrasaba loco y fugas y yo
envidioso te hacía sentir mi celo.
Caía la tarde, el sol se alejaba.
Dejando en ti, una brisa suave y tierna.
Acariciando tu belleza delicada.
Y yo, derretido como vela en su esperma.
- Autor: Yo Claudio (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 25 de septiembre de 2019 a las 19:19
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 84
Comentarios1
UNA EMOTIVA POESIA DEL SER ENAMORADO, CUANDO NACE EL AMOR, Y LA BRISA ACARICIA EL ALMA EN TODO SU ESPLENDOR.-.
MUY LINDA..BESOS
MARGARITA
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