Cada pan tiene el almíbar
en el campo nos dejaste
con cal su cara marcaste
en los sueños de tu Villa,
Un saco de caramelos
globos de hexágonos blancos
son de madera los bancos
las manos de un carpintero,
los pies descalzos labraron
fue de ebanista tu estilo
los balones con su filo
las puertas de otros marcaron.
Con la palabra el amigo
iba luego el apellido
jamás existirá olvido
a quienes diste cobijo,
también nos diste consejos
en paz se juega mejor
hay que jugar por amor
dejando siempre el “pellejo”.
Ganador de mil batallas
perdedor en otras pocas
enemigo de las copas
si quieren batir las mallas.
En la alegría de un sol
antes de lanzar su «gorra»
aquí viene la “cotorra”
y anotábamos el gol,
saluden al oponente
después de cada partido
se haya ganado o perdido
hay que levantar la frente.
Con entrega y vocación
no creo que exista gente
cuando recuerda mi mente
a un pequeño campeón.
Danos del cielo un abrazo
once “guayos” por etapa
el fútbol llegó a la «cuarta»
que llegue hasta ti un aplauso.
Hoy tu uniforme “albi grana”
se convirtió en el legado
y tus consejos fundados
dentro y fuera de la cancha,
Mis pestañas son el arco
de mis ojos brotan goles
tus mañanas y arreboles
gracias “Ludgero” por tanto.
- Autor: Ángel Leonardo Duno B:. (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 30 de septiembre de 2019 a las 15:02
- Comentario del autor sobre el poema: Ludgero Correia Garrocho, nació en Algarve, Portugal, pero un venezolano más. Quien fuera panadero, carpintero, luego mentor de toda una comunidad, como entrenador de fútbol... por tu legado "Profe", hoy te hice en un humilde poema, gracias por todo...
- Categoría: Amor
- Lecturas: 14
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