El vacío y el frío arrecian hacia el alba.

andrea barbaranelli

 

Solo un ventanuco se abre en la vastidad de la pared,

un ombligo en una inmensa barriga

construída y levantada con los cantos rodados

de la quebrada a sus pies,

hinchada hasta reventar y expulsar

a los minúsculos hombres

que se abren paso a codazos para

asomarse por pocos segundos

y echar una ojeada al techo de nubes

y a la lluvia perpendicular que cae eternamente.

El vacío y el frío arrecian hacia el alba.

De noche debemos taparnos con sábanas

para protegernos de la oscuridad,

aunque es calurosa como una vagina la celda

en la que estamos apretujados,

pero la oscuridad nos desvela

con sus llagas que estallan

tarascándonos las pantorrillas

con mordeduras de perros hambrientos.

Un escalofrío nos recorre

la espalda, nos agarrota músculos y mandíbulas

y nos deja expuestos e indefensos

como cachorros que tiemblan

cerrando los ojos y arrastrándose

en la interminable pesadilla del abandono.

  • Autor: andrea barbaranelli (Offline Offline)
  • Publicado: 1 de octubre de 2019 a las 13:21
  • Categoría: Sin clasificar
  • Lecturas: 20
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Comentarios +

Comentarios1

  • Carlos Eduardo

    Abandonados sin misericordia mi amigo.

    Un afectuoso abrazo



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