Después de una batalla
es preciso un momento,
el descanso del hombre
y también del guerrero,
son instantes de sombras
y también de silencios,
con banderas calladas
junto a dulces lamentos,
hay minutos precisos
donde todo es pequeño
y el reloj se detiene
con la brisa del viento,
en la tierra bravía
se ven solo los cuervos,
y la arena teñida
por los surcos sangrientos...
Después de los veranos
hay otoños e inviernos,
primaveras lejanas
y hasta estíos con sueños,
hay claveles que surgen
en jardines discretos,
para besos robados,
por llevar a unos versos,
y entregarlos un día,
sin temor y sin miedo,
a la imagen que guarda
aquel niño en el pecho,
y vendrán mil batallas,
con tormentas del cielo,
pero presto, en las almas,
volverán los deseos...
"...Después de las batallas
afloran los recuerdos,
evítalos, si puedes,
y sigue con tu esfuerzo,
amar es algo noble
y dicen que los ciegos,
hoy sienten cual videntes
pues ven en sus reflejos..."
Rafael Sánchez Ortega ©
16/09/19
- Autor: Pyck05 ( Offline)
- Publicado: 4 de octubre de 2019 a las 05:46
- Categoría: Reflexión
- Lecturas: 77
- Usuarios favoritos de este poema: Yamila Valenzuela, alicia perez hernandez
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