Una plácida mañana de mayo
el cuclillo cantaba sin desmayo
su monótona y eterna canción.
Era la nota de la primavera
que suave y melodiosa viniera
a dar alegría a mi corazón.
Las avecillas del bosque cantaban,
las abejas de las flores libaban
el dulce néctar para hacer la miel.
Yo deambulaba ausente y vagaroso
por las lindes del mundo tenebroso
alejándome para siempre de él.
- Autor: Julio Noel (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 4 de octubre de 2019 a las 06:08
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 47
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