Soñadora eterna.

Ruth García

Tu sublime caminar, dejando a tu paso

el dulce aroma a rosas.

Tu mirada siempre al frente, ignorando

como la mía te aprecia al pasar.

 

El suave timbre de tu voz, es la melodía

que me espera cada día.

Armoniosa y fría a la vez, más sin embargo

le hace feliz a mi ser.

 

Esa mirada distraída, siempre al frente,

siempre apreciando con firmeza a donde vas.

Bellos ojos que bajan cuando les quisiera apreciar,

deseando que su brillo logren los míos iluminar.

 

Tu cabello que se mueve al compás de tu caminar,

un rebelde que intentas acomodar, mientras

intentas no tropezar con alguien más.

 

La seriedad con la que caminas, muchos dirán

por egocentrismo. Podría ser timidez ¡dice mi ser!.

Apreciando el silencio que tu persona, regala sin

el más mínimo interés.

 

Quisiera no apreciar tu sublime cuerpo mujer,

pero me pierdo en la perfección con la que la

naturaleza te creo.

 

Cierro mis ojos para imaginar que seria

si pudiera a tu oído susurrar

la magia, la energía, la pasión, y la

ilusión con la que deambula mi corazón.

 

Tengo miles de canciones que dedicar,

letras que desean ser escritas en tu piel,

lo que causa que te vea, en donde no estas.

 

Puedo mirarte hasta que la vida lo permita

hasta que mi mente no te piense más, y aun así

el corazón ¡siempre te va a espera!.

 

Soñadora eterna, viviendo de ilusiones,

de apreciar tu caminar, de admirar lo que

no se puede acariciar, y de amar

lo que nació prohibido ante la sociedad.  

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