Un cuervo se posa
sobre la rama de un árbol;
su peso provoca
el escurrimiento de unas gotas
que se sostenían,
en unas hojas.
Cae una
caen dos
caen cien
Es otoño;
la cromática de las hojas
ha cambiado a:
amarillas,
anaranjadas,
rojas,
marrón,
y purpura.
Ha llovido;
el agua se asienta
en los huecos de la calle,
formando negros charcos.
Las hojas que han caído,
cubren el pavimento
como una alfombra otoñal.
Cae una
caen dos
caen cien
Hace viento,
un viento ligero;
las hojas de los árboles,
no perennes o caducifolios,
se están secando
y crujen cuando el viento
mueve las ramas.
Es otoño,
ha comenzado a hacer frio;
las casas:
amarillas,
anaranjadas,
y rojas,
aportan a la
cromática otoñal.
Una pareja de cisnes blancos
descansan sobre
el mar báltico;
tienen cuatro críos
que los siguen.
Un gato negro
cruza la acera;
lo veo mientras
recorro la calle
en bicicleta.
Desde la ventana,
mientras escribo
esta poesía,
veo las hojas secas
caer y alfombrar
el césped.
Cae una
caen dos
caen cien
Pronto los árboles,
caducifolios,
estarán calvos.
Cae una
caen dos
caen cien
Y sigue el otoño
los transeúntes
pasean abrigados
de pies a cabeza;
ha llovido y hace frio.
Hay varias casas y edificios
en renovación;
los tonos cálidos
predominan en el paisaje.
Hay un crepúsculo otoñal
el ocaso solar
está ocurriendo
a las 18:30.
Es otoño
las hojas secas caen.
Cae una
caen dos
caen cien
- Autor: Orelac - el Arquitecto Verde (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 11 de octubre de 2019 a las 12:29
- Categoría: Fecha especial
- Lecturas: 45
- Usuarios favoritos de este poema: kavanarudén, José López Moreno.
Comentarios1
Excelentes letras.
Se respira en otoño en ellas.
Una de mis estaciones favoritas.
Un placer leerte
Kavi
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