Un honor con mayor sentimiento que el profesado,
resulta difícil que pueda arder en pecho alguno.
Al contemplar la primera luz, que aparece al despuntar
la mañana, y observar el interés que muestra en que
permanezca cautivo de mis aconteceres, es cuando
me veo obligado, a permanecer impávido, hasta la
caída de la tarde, para darme verdadera cuenta, que
la madre naturaleza, está dispuesta a sucumbir al
encanto de la dulce mirada...
Mientras que la ventana de los ojos, desee permanecer
abierta, seguro que apreciará con una luz especial
la llegada del nuevo día.
- Autor: emiliodom ( Offline)
- Publicado: 17 de octubre de 2019 a las 04:18
- Categoría: Amistad
- Lecturas: 35
- Usuarios favoritos de este poema: Yamila Valenzuela, alicia perez hernandez
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