A veces, en otoño,
se pierden las sonrisas,
los días son más cortos,
las tardes se improvisan,
entonces, a su amparo,
resurgen margaritas,
cigarras olvidadas
por sendas y campiñas,
y puede que regresen
momentos de vainilla,
creados por las almas
y no por las pupilas,
¡bendito es el otoño
que acerca maravillas,
haciendo que el sediento
se sacie en su bebida!...
A veces, las personas,
olvidan las mentiras,
y están en ese otoño
de amor y fantasía,
es fácil que descansen,
relajen tanta prisa,
dejando los relojes,
sin voz, en la mesilla,
por contra, los rescoldos,
de brasas y de chispas,
renacen en las almas
y quieren ver la vida,
el rostro tan amado,
la cara tan sencilla,
el labio tembloroso
y el pecho que palpita...
"...A veces, los mayores,
se pierden por marismas,
dejando allí su infancia
de paz y poesía..."
Rafael Sánchez Ortega ©
26/09/19
- Autor: Pyck05 ( Offline)
- Publicado: 17 de octubre de 2019 a las 09:09
- Categoría: Reflexión
- Lecturas: 37
- Usuarios favoritos de este poema: Yamila Valenzuela, Rafael Perez Ortola, alicia perez hernandez
Comentarios1
Estupendo.
A veces pasa.
El tiempo discurre al margen de nuestra actitudes.
Confiemos en que los rescoldos nos impulsen al desarrollo de nuestra vida insustituible.
Saludos cordiales.
Gracias Rafael.
Un saludo.
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