Una Mamushka dentro
De otra Mamushka
Cada vez más minúsculas
Y por mucho que se les busca
En el fondo algún tesoro,
No tienen relleno
Ni paja, ni joya, ni broza.
Capa tras capa
De excusas se enrollan
Sus pretextos maquillados
Sus fantasiosos rebozos,
Cada vez más gigantes
Sus fallidos implantes
Esos trozos importados
De un pozo dicen Made In Rusia.
Me conoció una Matrioska
A la que rechacé conocer
Porque sabía que me desconocería
Llegado el día
Que desencofre
Hasta la última utilería
De su inútil intento.
Ser negacionista
Érase su único talento.
Era madre y era tosca,
Como una boa constructora
Enredada con su cola
Atarazándose el veneno
Por hambre,
Por su lésbico deseo
De que alguien la muerda
Que prueben un poco
De su erógena huerta muerta
Que pide socorro
En cada blog, cada escrito,
Que le den un chorro
De salvia de mujer
Inventando nuevos términos
Para su penosa alzadera,
Y le de la cuerda
La noche entera
Para que repita su relato
De auto-convencimiento,
Su monólogo insensato
Tiene boca mas no oídos,
Tiene lentes de contacto
De tonos zarcos
En los surcos donde deberían
Haber ojos.
Defenestrando a otras Mamushkas
De su misma partida,
Y envidiando insanamente
A las ediciones limitadas.
Que no eran madres
Ni obesas, ni alzadas
Ni toscas.
Ni perseguían luces de artistas
Como moscas desinspiradas.
Eran todo que deseaba
Que del mundo le perteneciera
A su pintura, a su llanto
De acuarela
Y de su inferior complejo
El resentimiento regurgitaba.
Siempre anhelando
Lo que le faltaba
Y pasando por alto
Lo que le sobraba.
Me doblaba la edad
Y yo le redoblaba
La pulsión de vida,
Porque con el doble de peso
Experiencias y arrugas
Y sin haber vivido nada
Que justifique
Su calidad deteriorada,
A la Mamushka
Se le doblaban las rodillas
De su epidermis de madera
Raspaban las astillas,
Tuvo ladillas
Que suplicó tenerlas
En pos de una aventura
Fraudulenta, sedienta,
Que su tinta derramada
Pueda volcarse a la escritura
A cambio de unos panes
Y unos pares de sucesos
Cajoneados en sus sesos,
-Sus extravagancias aburridas-
A diferencia mía
Se rompió sola, la desabrida.
Y no lo nota
Porque siempre hay
Despatriados
De cerebro extirpados
Que amen a Rusia
Aunque su emblema fuera
Un garzo grumoso de vodka
Sobre una servilleta sucia.
La Matrioska me asqueaba
Desde el primer momento,
Supe como terminaría
Su oscura participación
En mi peor momento,
Le sirviese para su cuento sangriento,
De una rusa no esperaría menos
Y nunca más que eso.
Sospechar no es lo mismo
Que ratificar.
Así que presupuse de comienzo
Todo lo que luego encubriría,
Y tomé muestras
Del invierno de su voz
Su falacia tan fría
Su persuasión atroz.
La toleré lo suficiente
Como para que deje
Su rastro de baba hirviente,
Y la ignoré lo necesario
Para no bajar mi guardia
Frente al adversario,
Sabiéndola
Amiga de mis enemigos.
Ella simulaba exagerada pleitesía
Bajo su manto de infantil cofradía,
Y yo actuaba con confianza enceguecida,
Dándole los datos que requería
Para que en mi contra se levanten
Todos los que reptaban antes,
(Era la única forma de visibilizarlos,
Volverme carnada para cazarlos)
Y todo aconteció como presentía;
Negó lo innegable,
Mi percepción es inigualable
Y aun mas afinada
Gracias a una Matrioska,
Siempre asquerosa
Siempre tosca
Siempre rota
Por sus mentiras
Sin salir aireosa
Contra una vasca victoriosa,
Y ahora sin nadie que le cosa
La etiqueta borrosa
De Made In Rusia.
JULIETA IALLORENZI
PATENTADO EN SADAIC Y DNDA
DERECHOS DE AUTOR RESERVADOS
- Autor: JULIETA IALLORENZI (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 17 de octubre de 2019 a las 10:03
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 120
Para poder comentar y calificar este poema, debes estar registrad@. Regístrate aquí o si ya estás registrad@, logueate aquí.