La vida que yo soñaba
no es la vida que ahora tengo,
pues quien marca ese destino
es un señor de abolengo.
El toma las decisiones
sin consultar nuestros gustos,
y sin dar explicaciones
juzga lo justo y lo injusto.
Cuando estamos en apuros
recurrimos a implorarle,
pero él se nos muestra oscuro
y no responde al gritarle.
Pasamos por nuestras vidas
sin encontrar la respuesta,
de quién es ese Señor
y porqué no nos contesta.
Es la fe la que nos mueve
a creer en Jesucristo,
pues no conozco en la vida
a nadie que lo haya visto.
J. Piñeiro
- Autor: Classman (Seudónimo) ( Online)
- Publicado: 22 de octubre de 2019 a las 04:05
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 39
- Usuarios favoritos de este poema: alicia perez hernandez, Mauro Enrique Lopez Z., Jorge Horacio Richino, Yamila Valenzuela
Comentarios2
Dios está en nuestro interior.ÉL NO HABLA pero dice muchas cosas.YO SI CREO Y NO TENGO DUDA ALGUNA.Un saludo cordial.
Un fuerte abrazo Nacho, gracias como siempre por tus comentarios.
Coincido con tu escrito!
Un reflexivo poema que me ha resultado muy interesante!
Bellas letras poéticamente esbozadas!
Un fuerte abrazo, amigo!!!
Buenas tardes desde un inicio invernal que se deja ya sentir por estos lares. Gracias como siempre Jorge por acercarte a mis letras. Fuerte abrazo
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