Sin conjuros, y sortilegios perversos que engañan mi vejez
He aceptado el tiempo, venciendo al verdugo de calendarios en papiro
He visto pasar la juventud, horadando épocas, anunciando la longevidad
Recomponiendo la luz y la esperanza para acariciar el viento de cada día
He subido a las alturas, procurando coexistir en la cumbre
He bajado a la llanura, en la indiscutible victoria del realismo
He visitado el decoro para desnudar mi alma de pasiones
He palpitado en lujurias, para hurtar la humedad al agua y encontrar la paz en el silencio
En el confín de mi mismo, he sido niño en afectos y provecto en pensamiento
Del abismo al arroyo, del volcán a la pradera, mis pasos incansables han transitado la vida
Se han precipitado los sueños, se ha marchitado mi selva
Se ha fragmentado mi alma, convirtiendo en fluidos el tiempo
Me niego al espasmo del reloj, que engaña y me margina
Renuncio al tedio, al hastío, que evapora mi espíritu y asesina
Subversivo soy en esta hora, con el lenguaje que redime y me libera
Sumido en la suavidad de tu anatomía, explotan mis arterias de vejez, de lactancia e inocencia
- Autor: Jose Barrientos (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 22 de octubre de 2019 a las 14:02
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 59
- Usuarios favoritos de este poema: Yamila Valenzuela
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