Para ser un prisionero a veces basta
una lengua muy pronta y la palabra
agitadas como armas delictivas.
A menudo basta el miedo o la desidia
que son grilletes fáciles y férreos
para aherrojar libérrimos corajes.
Para ser un reo, o casi eso,
es suficiente oponerse o apartarse
de uno mismo. Es suficiente cárcel
el sentirse un desleal o el más cobarde.
- Autor: JHON DEILO (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 22 de octubre de 2019 a las 16:45
- Categoría: Sin clasificar
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- Usuarios favoritos de este poema: Yamila Valenzuela
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