Vendo zapatos de bebé sin usar.
Ernest Hemingway
La pediatra le tendió el bajalenguas hasta casi el vómito.
Su madre, al riguroso lado, le crispó de ternura la mano hasta darle ánimos.
Su mano, fría, hasta el hielo.
Ese día, su tío Agustín tuvo que pedir unas horas, solo hasta las dos de la tarde.
- Autor: Albertín (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 24 de octubre de 2019 a las 16:06
- Comentario del autor sobre el poema: Un hueco que no espera estopa.
- Categoría: Cuento
- Lecturas: 33
- Usuarios favoritos de este poema: Yamila Valenzuela
Comentarios3
Uf! profundo y doloroso.
Muy bueno querido Alberto.
Apapacho!
Pá gazpacho bueno el que hacemos aquí.
Saludos Chachi piruli.
Jajajajajajajaja... Me hiciste reír con lo de piruli; del gazpacho he escuchado y de hecho tengo la receta.
Apapacho!
¿Atragantamiento?
Saludos Albertín
Los microcuentos, entiendo, es para hacer pensar al lector y que escoja la solución que quiera.
Lo que pensé cuando lo escribí es que la madre murió recientemente, y por eso tuvo que ir su tío al médico con la niña. La niña añoraba la compañía de su madre en esos momentos de aprieto.
Gracias, entonces la mano fría no era la se ella. ¿Entiendo?
Lindos zapatos.
¿Y lo demás?
También, obvio
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