El capitalismo hace estragos.
La deuda internacional
alcanza el doscientos y pico por ciento
del producto interior bruto mundial,
por tal, le debemos al sol
dos tierras y media.
Aquí, en la Iberia masoquista,
como casi siempre,
ahora más que nunca
el ambiente está caldeado.
Agentes de policía
desbordados por los disturbios
de supremacistas cuya
genética es superior
a la de sus vecinos.
En un mundo que debería
estar encaminado
a eliminar fronteras,
manteniendo cada región
sus costumbres y cultura,
éstos se emperran
en levantar muros.
¿ Qué diferencia hay
entre éstos y los nazis?
Que aquellos tenían
un arsenal aplastante
y éstos, por suerte
para nuestra integridad,
solo empuñan mecheros,
para desgracia del mobiliario urbano.
En realidad son cuatro ineptos
adoctrinados desde la cuna;
de bebés les daban leche amarga
en un biberón rojigualda.
Pero cuatro ineptos
con el odio inoculado
en los dientes de leche
suelen hacer mucho ruido.
Mientras tanto, los gobernantes
que deben tomar cartas en el asunto,
ocupados en desenterrar
momias fantasmales del pasado
y litigando para alzarse
con el poder absoluto
en un país más dividido que nunca,
se dan la vida padre
entre mitin y mitin
a costa del obrero.
Señorías sin señorío,
si no se avienen
a gobernar en coalición,
échense la presidencia
a piedra, papel, tijera
y dejen de marear al pueblo.
Fuera de nuestras fronteras,
y sin que sirva de consuelo,
el pampaneo no pinta mejor:
El tío Sam imponiendo aranceles
al jamón, al aceite de oliva,
a los patinetes voladores.
¿ Le pondrá límites algún día
a su prepotencia de contrabando?
Lo dudo mucho.
Más al sur nos encontramos
a Sudamérica en llamas:
el amazonas literalmente
y la mayoría de sus países
de manera figurada.
Ya ni el sapo berrugoso
se siente tranquilo bajo tierra
y ha salido de su madriguera
para poner pies en polvorosa
sin saber donde meterse
mientras segrega
cantidades ingentes
de su viscosa toxina
ante la amenaza invisible.
La planta carnívora
se ha quedado sin carne
y se ha vuelto vegetariana
hasta engullir
otras plantas carnívoras,
por lo que ha terminado
siendo una planta caníbal;
el súmmum de la evolución;
la quintaesencia
de la selección natural.
Pensémoslo un momento,
una planta carnívora
vegetariana caníbal,
¡JAAAAAAAAAAA!
Perdonen que me ría
pero no pueden negarme
que sería la rehostia.
Quizá ya se esté cociendo
y lo tengamos a la vuelta de la esquina.
- Autor: Joseponce1978 (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 28 de octubre de 2019 a las 13:15
- Comentario del autor sobre el poema: Qué quieren que les diga, de no ser porque hoy me siento de buen humor, todo esto resultaría deprimente. Nada positivo puede deparar todo esto...Menos mal que mi patinete volador contra-reembolso ya viene en camino. Hace una semana que lo pedí.
- Categoría: Sociopolítico
- Lecturas: 83
- Usuarios favoritos de este poema: Carlos Eduardo, LUIS.RO
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