Esa emoción que nos invade al recordar, aquellas bellas fotografías guardadas en nuestras mentes, donde el único testigo, han sido las lágrimas derramadas cuando nadie lo miraba. Lagrimas que ya evaporadas pasarían a ser parte del pH de la piel.
Recuerdo cuando mi madre por la madrugada se despertaba, alistando el desayuno para mí y mis hermanas, antes de salir a buscar trabajo. Luego por la tarde volvía, sin ningún trabajo, pero con la alegría de promesas para el mañana.
Recuerdo cuando mi madre, salía muy temprano para encontrar medios para alimentarnos. Luego más tarde volvía, con nada más que su gran amor para con nosotras, y nos abrazaba.
Recuerdo la buena costurera que era mi madre, y que cuando le encargaban algún vestido, en ese día, llegaba a casa con bolsas de compras, nos preparaba una buena comida y nuestra tarta favorita hecha con ingredientes secretos de amor.
Recuerdo la sonrisa de mi madre cuando recibía noticias, de que sacábamos buenas calificaciones escolares, como frutos de nuestros sacrificados esfuerzos.
También recuerdo cuando yo y mis hermanas, mentíamos a nuestra madre, que estábamos satisfechas, cuando aún teníamos hambre, para que ella no se entristecerá.
Recuerdo la calidez de mi madre, cuando me abrazaba entre sus brazos, y me decía la hermosa que yo era, cuando me veía triste. ¡Exhalaba amor!
Recuerdo tantas cosas, hay tantas fotografías en mi mente, que no me atrevo a desechar ninguna. Pues cada una lleva consigo una lección de amor.
Pero mi recuerdo favorito, era cuando bailaba, sonría y cantaba para mí. Me sentía muy especial.
Soy dichosa por aun poder disfrutar de esta mujer tan maravillosa. Que cuanto más años cumple, más lecciones de amor, nos prepara.
Y aunque muchas veces no seguimos sus consejos, si seguimos su ejemplo.
Esta emoción, es una emoción sacada del pecho, solo con el pretexto de decirle que la quiero.
- Autor: Leomaria Mendes (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 29 de octubre de 2019 a las 18:12
- Categoría: Amor
- Lecturas: 31
- Usuarios favoritos de este poema: Yamila Valenzuela, Azhcari
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