Noti-Cero

ricardogonzález

Un saludo para toda la audiencia, Julián Martínez desde el lugar de los hechos. Lamento informarles que hoy nadie murió, que el político no robó, que el cura controló su espíritu santo, que las madres no dejaron a sus hijos sin comer, que el colegio no fue templo de odio, que el porno dejó de dar placer, que el dinero dejó de ser portada de primera plana, que los museos no cerraron por falta de presupuesto, que la gente dejó de criticar, que la marcha se hizo obligatoria, que los derechos ya no son de papel, que los niños pueden leer, que la historia está empezando a ser escrita, que al mundo se le olvido que era el pecado, que los hermanos de otra madre se están empezando a amar, que las balas no se encuentran ya, porque no están perdidas ni permitidas en el gobierno, que los sueños se guardan en el banco mundial, que los economistas se dieron cuenta que del dólar solo queda dolor, que los policías ahora viven abrazando delincuentes, que nadie llora por perder, que del diccionario se eliminó la palabra “ganar”, que los partidos de fútbol se hacen en el barrio, que los futbolista piden a todo pulmón  que de la litro y el roscón, también le den un pedacito al árbitro, que ya no hay botas mal puestas porque a nadie le gusta andar con zapatos, ni chancletas en los pies, que de la Biblia sacaron una segunda edición, que desde ahora ayudar solo será bendición, cuando salga del corazón y no de nuestra vanidad, que a partir de hoy el primer mandamiento es amar a Dios y al diferente, que ya no se matan los creyentes, que los pueblos fantasmas dejaron de existir, que los únicos que militan, militan en el amor, que las bombas son de cartón, que no hay senadores, ni presidentes, que las sonrisas son las divisas más valiosas del mercado internacional, que no hay ni una sola familia llorando por los secuestrados, porque a todos los encontraron comiendo y bailando como si no hubiera mañana, que se acaba la semana y que por tanto ésta es mi última noticia, desde el país de la injusticia, Julián Martínez, su fiel servidor.

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