De entre el misterioso y tupido monte de Santiago
Por un caminito embrujado, donde la esperanza se perdió,
Donde ni siquiera queda rastro de pisadas cristianas,
Donde el sol es una fragua, y la tierra es un brasero,
Viene desandando la Rosaura, en su zorrita,
Va a buscar agua y provisiones al pueblo más cercano.
Alimentando ilusiones, orilla el camino en su lento andar,
Mira con amor y tristeza a sus dos changuitos
Y mira al cielo vacio de nubes, como buscando respuestas
A tanto dolor, pero solo se escucha un coro de catas
Que vuelan y se pierden en el horizonte.
Yo no sé, si ha de cambiar su destino de soledad,
O que sueños anida Rosaura en su alma,
Solo sé que se perdió en el camino rumbo al pueblo,
Iba silbando bajito chacareras que aprendió de la nada,
Ha de regresar la Rosaura, muy cerquita de la oración,
Justo cuando la luna sale a espiar al sol.
Ha de llegar a su ranchito en un galope cansino
Y dormirá en sueños profundos embarradas de amor.
Yo volví a la ciudad siguiendo mi destino,
Pero aun guardo en mi recuerdo del monte a dentro,
Los olores, los sonidos, el salitral, el calor
Y la imagen de la vieja Rosaura y sus dos changuitos,
Que encontré en el camino allá en el monte de Pellegrini,
Donde no se conoce la esperanza.
- Autor: Gustavo Gerez (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 31 de octubre de 2019 a las 11:38
- Categoría: Reflexión
- Lecturas: 16
- Usuarios favoritos de este poema: Yamila Valenzuela, alicia perez hernandez
Comentarios1
LOS OLORES, LOS SONIDOS...
SE QUEDAN EN TUS BELLOS VERSOS.
PLACER LEERTE, POETA
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