Hace un tiempo todo era carmín.
Alegrías rebosadas con un generoso dorado rojizo,
Que se dibujaban en los labios de un querubín.
Perecía el atardecer en ese desierto,
Una fuente de agua se dibujaba en el allá.
Son muchos los colores del cielo.
Pero el querubín brillaba aún más.
“¿Son las estrellas un espejismo?”
Se preguntaba el personaje volar.
Puede que esto sea muy cierto,
Probablemente extintas están.
Las arenas sus mejillas pronto acarician.
Es el viento que acompaña su andar.
Secan pronto sus pómulos rojizos.
¡Corre al agua!, que te vas a embobar.
El querubín dormitante no escucha a la voz.
Sigue empecinado con el espejismo del cielo.
“¿Serán las estrellas designios de un ser superior?”
Mientras contaba en sigilo un interminable albor.
Piensa que ha sido magnífico.
Piensa que la luz tintineante lo irá a guiar.
Te has quedado solo mi amigo,
El espejismo pronto te va a atrapar.
Siente la sed inconmensurable.
“¡A la poza debo correr!”
Se reflejan las palmeras flotantes.
En el verde pasto has de aparecer.
Pronto llega al agua dormida.
Reflejo de ese espejismo dibujado en el cielo.
Muchas han sido las decepciones “mi amigo”
Pronto consumiendo la arena estarás.
Ha llegado la sorpresa que esperabas querubín.
Nada es lo que parece para ti.
Las estrellas extintas están,
Al igual que esa fuente que llegaste a imaginar.
No solo porque brille o se vea dice que existe.
No te dejes de engañar.
El querubín yace en la arena desposeído.
Se ha dado cuenta de lo duro de su caminar.
- Autor: Chirritero (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 1 de noviembre de 2019 a las 19:41
- Categoría: Triste
- Lecturas: 11
- Usuarios favoritos de este poema: Yamila Valenzuela
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