Eres como la noche efímera
que no perdura más que mientras dura
el sueño febril de este amor que te sueña.
Pero este amor, este amor nocturno
en vano quiere darle paso al sol,
porque entre más me acerco a tu sustancia
más te me alejas, oh, mujer de luto y de sombra.
Eres tú la culpable de mi vergüenza
de la locura que subyúgame,
de mi dolor, de mi miseria,
de mi fracaso y mis infiernos.
Si no te amara correría sangre,
correrían mis males por tu lecho.
Pero desde tu nada sólo miras lo que yo te proyecto:
un amor que te sueña, un amor que te añora.
Y eres la nada por la que perdí todo:
cordura sana, auspicioso futuro,
una vida despilfarrada
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