Escalera de Jacob (Génesis, 28, 11-19).
Ángeles que, descendidos del Cielo,
se sientan en sus peldaños en actos
de contrición por soberbias
que no han cometido.
Buenos días, ocupen sus asientos sin hacer ruido y molestar al prójimo,
ese que vive bajo nuestros suelos y arriba de nuestros techos.
En este primera hora, sin me dejan, voy a hablarles del Cansancio.
Lo digo con mayúsculas porque es el concepto que nutre las esencias
de la civilización que nos toca sentir en estos últimos lustros.
Este concepto, que lo coloco en letras grandes encima de la pizarra
a modo de frontispicio de Delos, no tiene sinónimos, que son los que parecen
usarse en el cotidiano de la rutina.
Estos sinónimos son el tedio y el aburrimiento, que son otros prados ontológicos
y epistemológicos, que son concrecciones especulativas de carencias psicológicas
y felicitarias, todas fecundadas y cebadas por los poderes comerciales.
El Cansancio es al aburrimiento lo que la estulticia a la ignorancia, es un sentimiento
frente a la emoción repentina del segundo, es un posicionamiento lógico denunciativo
de un estatu quo que se caracteriza por la promoción sistemática de la necesidad.
El Cansancio nos alerta y predispone al cambio, a la toma de conciencia,
al propósito de enmienda, mientras que los susodichos sinónimos nos impulsan
sin espacio al pensamiento a la resolución instantánea, al asalto del frigorífico,
del mueble de las galletas..., a seguir el corral de tablas que nos lleva al aprisco
de nuestras desolaciones, de calles sin salidas y muros de mampostería color
de heces que recortan el negro de las películas del mismo género.
Por hoy lo vamos a dejar, alumnos del alma. Por mi reloj la campana del pasillo
va a estallar en breves segundos, recojan sus recados de escribir y dispónganse
para la próxima clase.
Por favor, que el vómito verde que acaba de derramarse de mis fauces no sea
objeto de estudio, no entrará en el examen de la asignatura de Filosofía que
en breve tendréis que rendir, no deseo que estas mentiras que desparramadas
han sido os ocupe el más mínimo ápice de vuestras preciosas mentes.
Gracias por vuestros oídos y atenciones, y que tengáis un buen día.
- Autor: Albertín (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 3 de noviembre de 2019 a las 16:50
- Comentario del autor sobre el poema: Recuerdo, no llega a homenaje, del galardonado Peter Hanke.
- Categoría: Reflexión
- Lecturas: 15
Comentarios1
Realmente estoy cansado.
Un abrazo Albertín grande
Esta vez he tirado por el retrete lo escrito con razón. ¡Vaya tostón! Por eso he preferido no incluirlo como materia de examen.
Comprendo tu cansancio, no soy perfecto...
Lo mismo le pasó a Esenin, aquello que rechazó, tuvo la mayor consideración a posteriori.
Qué rechazó?
Quise poner algo como tu lenguaje, debería haber dicho, quizás un poquito mejor, descartó,
Qué descartó?
¿Serviría?
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