Escucho tu voz que despacio se acerca
Casi tangible, de impar belleza, viva, humana.
Tu voz de palpitar sonoro.
Tu voz cual mariposa, que vuela cruzando el silencio.
Escucho mi voz que despacio desciende.
Moribunda, casi efímera esperando la noche.
Mi voz, sin alas, inútil en la bóveda oscura de mi sentimiento.
Mi voz que espera el reflejo de luna en su divagación nocturna
Tú voz y mi voz, entrelazando carencias, huérfanas, abandonadas.
Tú voz y mi voz, erigiendo los sueños, sonidos de vida, vibrantes, eternos
Dos voces en una, ardientes, incendiarias
Una voz que concluye avivando anhelos
Que será de estas voces mañana, cuando la luna despierte y agoniza la noche
Cuando los sonidos sigilosos den paso al sosiego
Cuando el eco transmute a la piel y el afecto
A dónde irán las palabras. Cuando se detenga su vuelo, entre el delirio y tu vientre.
- Autor: Jose Barrientos (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 5 de noviembre de 2019 a las 16:08
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 30
- Usuarios favoritos de este poema: Yamila Valenzuela
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