Habrá que reunirse con los malvas,
con los azules, con los índigos,
con las concentraciones de negro,
con las vestiduras clásicas de algún
lienzo deteriorado. Buscar las esencias
en los pigmentos, en la maraña invisible
de un cuerpo con luz y niebla, de por la mañana.
En pendiente abajo, asestar el último golpe.
Restablecer los impulsos, congestionados
por colores imperceptibles, lastimarse con
la paleta y abrir su armario de navegables turquesas.
En esos azabaches y en esas negruras abisales,
convocar el rastro de incipientes voces guturales,
balbucear el resto de los ecos calcinados.
E impregnarse de metódicos azules irreverentes.
©
- Autor: Ben-. ( Offline)
- Publicado: 7 de noviembre de 2019 a las 02:10
- Categoría: Naturaleza
- Lecturas: 39
- Usuarios favoritos de este poema: Fernando Caldera, Yamila Valenzuela
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