Y te empecinas en ser lo que no eres:
espina y no rosa,
cardos y abrojos,
desierto en vez de oasis
y en vez de perla, roca.
Te empecinas en fingir ser torrente
que destruye a su paso,
vendaval que asola
y no remanso.
Intentas fútilmente ser rayo que fulmina,
flecha que traspasa,
boa que paraliza...
y no paloma blanca.
Contra el amor no puede
el odio o la repulsa,
y a pesar de ti misma
Oh niña equivocada,
a este viejo cansado
de cierto que le importas.
Si no te importo, es mi pena.
Si quieres ser abismo que horroriza
o estepa solitaria,
o noche sin estrellas...
Para ti yo seré sincero amigo,
y padre y consejero,
y mentor que espera,
paciente que despiertes
de tu cruel pesadilla.
R. Gruger / 1985
- Autor: R. Gruger (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 19 de julio de 2010 a las 13:14
- Categoría: Perdón
- Lecturas: 81
Comentarios3
Gracias Marco Augusto, eres muy generoso con tu comentario. Dios te bendiga. R. Gruger
Bueno, mi querida Malú, en poesía todo es posible. Pero la realidad es que "espinas son espinas". No estoy, pues, seguro de que existan espinas que acaricien. Gracias nena por tu opinión favorable. Dios te bendiga. R. Gruger
Siempre en tus poesías me identifico claramente...un gusto leerte
saludos poeta!
Gracias linda dannii...Tus palabras me animan, pero pueden "dañarme", porque podría creerme "la gran cosa"... Dios te bendiga. R. Gruger
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