EL CELULAR

ronald tadeo ramirez elizalde



Jamás me imaginé que un simple aparato fuera a convertirse en un arma mortal para mi alma, una tortura para mí corazón.

Me dices que me eres fiel, que nada me ocultas pero me lo ocultas todo tras el celular, me has cambiado por tu celular, le pones patrones, contraseña, como si guardarás información de estado. Lo tomo para ver la hora y sales desesperada corriendo con tanta preocupación que algo te descubra, no me duele tu infelidad cibernética, ni lo que escondas en esa cajita cruel, me duele tu cinismo, me duele tu hipocresía.

Yo que te creí tan buena, te creía pura y digna de ser amada, en tan solo un día tu actitud conmigo acompañado de tu cómplice el celular han hecho que parezcas una más del monton de las que no merecen un corazón noble y una alma sincera.

Consagre mi vida a ti, dispuesto a perderlo todo por ti, jugandome mi propia felicidad. Tu celular nos separó, si aquel confidente que todo secreto tuyo guardo pero que tu actitud lo reveló.

Quizás no ocultes nada como dices, quizás son solo mis celos enfermizos, pero a partir de tu actitud todo gira en pesadillas en mi corazón y mis pensamientos, a partir de tu actitud mi alma te a juzgado.

Un día yo creía que lo del "odio al amor y lo del amor al odio hay un paso" pensaba que era solo un verso de poemas, un dicho que se decía al azar.

Hoy comprendo que es la realidad, después de haberte amado tanto hoy empiezo a odiarte, te juro que todo lo que me recuerde a ti me molesta, muchas cosas tuyas que creía sagradas para mí; hoy las detesto, me estorban. Perdón, perdón por mi delirio, este es el precio por amarte tanto, este es el precio de haberme enamorado. No entiendo en que momento descuide mi corazón para que te amará con alma y vida.

Ya no quiero saber ni siquiera tu nombre, ya no oiras de mi, ni una frase de amor, ni una frase de clamor, ya no pueden mis labios conmovidos hablarte de amor si ya no lo siento.

Pido perdón a mi vida y a mi corazón por entregarles la tortura de tu belleza, no pude ver más allá de tus manías que tras tu corazón escondías, pues tenía solo ojos para tus ojos y tu sonrisa, ya no te deseo, me duele haber rosado tu cuerpos con mis manos.

Quizás alguna vez si sembraste amor y pronto floreció, y como un mal jardinero dejaste que las plantas se murieran. Y apareció la hierba mala del cruel desengaño y el fantasma de los celos que fue para ti más fácil de cuidar.

No pudo separarnos el mundo, no pudieron con mentiras ni engaños hacer que nos alejemos, pero un simple celular ha podido lo que muchos no han podido. Créeme si te digo que eh empezado a odiarte, a detestarte, creeme que me doy lástima por haber permitido que mi corazón se enamorara de ti y luego permitir que le clavaras por la espalda esa daga tan hiriente, y esa herida que ahora sangra me está llevando a la tumba.

Si alguna vez llega a tus oídos que he dejado de existir, por favor ahórrate tu cinismo e hipocresía y por favor dile al mundo que jamás me conociste, si hay algo mío que te recuerde a mí por favor deshazte de aquello, yo estoy haciendo lo mismo, nada tuyo guardaré, nada que me recuerde a ti tendré conmigo.

Entre mi amor, tu orgullo y tú celular elegiste tu celular, buena elección para ti y buena lección para mí. Si me llegará a enamorar nuevamente no entregaré todo mi cariño ni dejaré que mi corazón se descuide, la fidelidad será solo historia y a la primera oportunidad que tenga de disfrutar de los encantos de una dama, lo haré hasta que de mi cuerpo salgan todas esas marcas que dejaste como señal de tu maldad.

Autor: Ronald Tadeo Ramírez Elizalde.

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  • Autor: RONALD TADEO RAMIREZ ELIZALDE (Seudónimo) (Offline Offline)
  • Publicado: 12 de noviembre de 2019 a las 23:12
  • Comentario del autor sobre el poema: A la mujer que si carita de ternura ha herido de muerte mi corazón.
  • Categoría: Carta
  • Lecturas: 16
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