EN LAS MANOS LA GRANDEZA
El sol asomó en el monte,
con los ojos pitañosos.
Arropado en su calor,
bostezando generoso,
en el nuevo despertar.
Su cálida soledad,
en su deslumbrante rostro.
Vivencias que se amontonan
como rimeros de sueños,
con la mirada perdida
entre luces y penumbras.
Pero, nada se acostumbra,
todo se cambia y se altera.
La Luna fue deshojando
de plata sus níveas ropas
y abriendo su corazón,
dio a la magia su cordura.
En su alunada ternura,
grabó en los sueños su amor.
Cada mirada es un mundo
que mira en el interior,
donde surge la batalla.
En el exterior los rasgos
y por dentro los matices.
Por fuera la luz que mide,
por dentro su resplandor.
Sufre la faz de la Tierra
salpicada de tumores.
El humano y sus temores
su bello rostro flagelan,
horadando sus entrañas
con sus manidas maneras.
La vida surco los ríos
de sangre y efluvios hecha,
buscando desembocar
en una hermosa rivera.
El tiempo marca la fecha
del principio y del final,
con la cara contrahecha.
No carga el arma su cuerpo,
es la mano que se adentra
con el odio que la impela.
Se va eclipsando la idea
y se embrutecen las venas.
La voz, no sale de dentro,
se construye desde fuera.
Camino que recorrer,
con la mente y con la idea.
De surcos la frente llena
de pensamientos que frenen
los dolores que se inyectan.
En la mirada el abrazo
y en las manos la grandeza.
A.L.
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https://www.poemas-del-alma.com/blog/usuario-188210
13/11/2019
- Autor: alupego (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 13 de noviembre de 2019 a las 08:39
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 32
- Usuarios favoritos de este poema: Yamila Valenzuela
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