Me gusta el pan,
decíamos de niños,
con mantequilla.
Y con membrillo,
también nos complacía,
en las merienda.
¡Cómo recuerdo,
aquellos bocadillos
tan infantiles!
Luego, los juegos,
en calles y jardines
con los amigos.
Eran dos horas,
saliendo del colegio,
y por la tarde.
Hasta que luego
oíamos la voz
que nos llamaba.
Y regresábamos,
subíamos a casa,
a los deberes.
Allí, sin prisa,
las cuentas esperaban
y las lecturas.
Luego cenar,
rezar las oraciones
y a descansar.
Rafael Sánchez Ortega ©
22/10/19
- Autor: Pyck05 ( Offline)
- Publicado: 17 de noviembre de 2019 a las 07:48
- Categoría: Reflexión
- Lecturas: 26
- Usuarios favoritos de este poema: alicia perez hernandez, Yamila Valenzuela
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