Cualquier esquina sospechosa
de que aparezcas
hace estallar este corazón
como un relámpago al cielo,
como alteran las tormentas al mar.
Por eso me haces doblarlas ansiosa
como cogiendo impulso
para saltar a tus brazos
con el ímpetu de una ardilla
que sube al tronco más cercano
para no dejarse alcanzar.
Mirar atrás
es buscar el paisaje de tu silueta
perdido entre la gente
y perdida yo también.
Regresar tu barba gris
y tus ojos asustados,
susurrándome a la espalda,
oliéndote en mi piel.
Acércate a mi
con tus labios,
con tus manos,
con tus ojos.
La obviedad nos hizo transparentes
puedes traspasarme una y otra vez.
Voy a decirle a la tristeza
que no pase por aquí
que me dé un poco de tiempo
que aún vives en mí,
que te extraño, aunque me olvides
o, aunque no sepa de ti.
Pero que este amor canta al triunfo
y reparte folletos
invitándome a seguir.
Vives aquí dentro
y no te voy a dejar morir.
Tus huellas aún son presente,
borrosas o embarradas,
me llevarán allí.
Porque
mis pasos son ganas de verte,
busco pistas al alba,
pregunto al viento
si te ha rozado,
a la lluvia si te ha mojado,
a la luna si la has mirado
y al cielo si vas a volver.
Y si no te encuentro
colgaré mi alma en tu perchero
para que la vistas los días de enero,
cuando tiemblen tus manos,
cuando sientas el frío,
cuando me eches de menos...
Y sabes que te esperaré.
- Autor: Alabama Selva (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 18 de noviembre de 2019 a las 22:58
- Categoría: Amor
- Lecturas: 60
- Usuarios favoritos de este poema: Yamila Valenzuela
Comentarios1
Precioso. Un abrazo.
Un gusto Anbel. Otro para tí.
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