te ofrezco mis deseos sublimados
mis ansias de aromas infinitos
mis corduras temporales
mis locuras absolutas
la insondable ternura
tanto tiempo resguardada.
La cuenca de mis ojos tristes
con tu imagen grabada
mis soleadas sensateces
y nocturnales desvaríos
mi savia apaciguada
y mi sangre desbordada.
Mis cicatrices, mis heridas
los mejores instantes de mi vida
mis adentradas melancolías
esta soledad acompañada
de mi lealtad a lo profundo
en cada amanecida
mi musa aprisionada
entre cuerdas de mi lira.
Lo que resta es casi nada
y lo dejo al mundo.
- Autor: Carlos Roman Ramirez ( Offline)
- Publicado: 20 de noviembre de 2019 a las 21:59
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 50
- Usuarios favoritos de este poema: Yamila Valenzuela, Dorian Carlos
Comentarios1
Bonito poema amigo, muy inspirado.
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