Hago un río, una piedra,
lanzo la cuerda y agarro una hoja dentro de tantas hojas,
las piedras me caen, sangro, me sangro,
y me tiro de rodillas a gritar
¡Ay, la verdad es mi resurrección!
Mientras lloro de mentira en las alarmantes campanas de las flores,
soy yo, una verdad bien construida,
sin lujos ni puentes,
con maleza y tierra, manchado de plátano hasta por los oídos,
un orgasmo moribundo que muere en las puertas del sol
Allá me esperas,
saldré con una copa de agua de maíz a brindar contigo,
y terminaremos envueltos de nosotros en aquella noche,
donde los ojos brillan como las piedras que golpean el cielo,
y las olas de viento nos llevan a la marea más profunda,
el elixir del cuerpo, el canto florecido.
- Autor: Zoroastro (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 27 de noviembre de 2019 a las 09:49
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 28
- Usuarios favoritos de este poema: alicia perez hernandez, Francesca Vega
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