A la calle

Frank Carlos

La calle grita: piedad, piedad mi!

Sus botas atropellan mi piel lustrada

sus autos inundan de óleos mis poros

sus marchas estremecen mis cimientos.

¿Que tanto vociferan?

 

¡ Ya oigo, ya oigo!

Muchos febriles esfuerzos en la oleada

candente como el rojo del horno

que cuece la paz en las tinieblas 

de la insensata desesperanza

de los hijos de la plebe.

 

Ya oigo, ya oigo!

Tenis descosidos y también chanclos rotos

rompen el silencio con cien voces vivas,

que nos dicen: no más, no más

hasta acá la historia ennegrecida

de las noches febriles de América.

 

Ya oigo, ya oigo:

Los adoquines también los conocen

más de cien años atrás,

otrora había yeguas adornadas con escudos

no estruendosos carros de acero 

disfrazados, y humeantes bocas negras

vertiendo por veneno cerrazón y pena.

 

No más, aunque me envilezcan

con sus áureas amarguras incompresibles

también me uno a su canto

levántate calle, no calles

no acalles la pena del  que voló

sin palabra, ni levante de ángeles

ni digna sepultura, marchada por los medios.

 

Así no te queremos calle,

sino llena de niños dibujándole al sol

una sonrisa en tus negros palmos

y en tu eterna vigilia de las noches y días

una bandera colme el cielo.

 

Recordando: aquí estamos,

aquí todos somos crisol rojo amarillo y verde

hueso con hueso, piel con piel,

sien con sien, impuesto con impuesto

decoro con decoro y pie con pie

en la calle con calles llenas

de botas, gritos y sonrisas de niños

con el deber cumplido.

  • Autor: Frankoo (Seudónimo) (Offline Offline)
  • Publicado: 28 de noviembre de 2019 a las 22:19
  • Categoría: Sociopolítico
  • Lecturas: 46
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Comentarios +

Comentarios1

  • AdViHeBOM

    Muy bueno

    • Frank Carlos

      Gracias miles por la visita y el comentario.



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