Amo pronto,
pero hago poco.
Sólo estoy loco,
y por loco estoy solo.
La quiero con todo
y papitas fritas.
Porque su risa,
es intervención divina;
que me alegra cualquier día
-por no decir, “cada día”-.
No me importa lo que digan,
Prefiero morir,
disfrutando
-en amargura-
estos días,
a vivir buscando
el sabor único de sus labios
por el resto de mi vida.
- Autor: Rodrigo A. Alvarenga ( Offline)
- Publicado: 29 de noviembre de 2019 a las 03:16
- Comentario del autor sobre el poema: "¿A quién le importa algo tan insignificante como el amor correspondido?" (Kishimoto, 2015)
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 37
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