Qué hiciste conmigo, dime
Qué fue,
Qué conjuro o hetxizo pronunciaste mientras miraba tus pupilas
Paso las veinticuatro horas del día como homo erectus
Si voy a comprar tomates,
acabo pidiendo higos y mangos que mi glande señala
Los pepinos y calabacines se yerguen orgullosos cuando abro el refrigerador
y como saludando mi falo se estira unos milímetros más en elegante rectitud
El doctor dice que padezco de rigidez de bálano
El psicoanalista me cree con complejo de poliedro irregular
El sacerdote ¡qué sacrílego parroquiano!
El militar quiere colgarme una medalla a la firmeza
El político, sin embargo, lleva seis en su orto para sentarse en su escaño
Erecto asisto a las conferencias de antropología
Erecto lloro un drama en el teatro
Erecto sonrío al funcionario que me devuelve los formularios
Erecto doy los buenos días
Mis sueños fueron mástiles, sin bandera, de verticalidad vertiginosa
Después de verte, yo quedo saciado, complacido, alegre
Sin embargo, el Erguido persiste en su rectitud como un bonzo sigue sus preceptos
Ni seis horas en la bañera llena de piedras de hielo
Ni caldo con bromuro
Ni tan siquiera asustándolo con una operación de cambio de sexo
No se doblega ante nada ni nadie
Pues no va más, ¡y al carajo!
Sin saber la duración del fenómeno he decidido dar rienda suelta a mi sexo, regalártelo cada vez que te vea
y permanecer inmóvil el resto del tiempo.
- Autor: txitxo ( Offline)
- Publicado: 7 de diciembre de 2019 a las 09:16
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 17
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