Enciende el fulgor de tus ojos,
océanos sin tiempo ni distancia
y en tu evocación mis antojos,
sobre páramos rasos de mi ansia.
Vuelven tiempos ya pretéritos,
ahora seductores y presentes,
son tan sublimes los méritos,
no olvidarte aunque ausentes.
En el firmamento de tus labios,
un ósculo pugna por ofrendarse,
esparciendo apetecidos resabios,
de los que mi boca ansía saciarse.
Ahora en mis noches serenas,
se aposentan los sueños idos
y entre sus sombras morenas,
tu efigie sutil en mis sentidos.
Claudicaron el develo y el ansia,
en entrañas de la incertidumbre
y el recuerdo vivo en lontananza,
atiza el fuego para que dé lumbre.
Magna es la brasa que nos une,
cual entrañas de sólido encino,
rescoldo que no apaga ni consume,
a perpetuidad como el destino.
Y en el bajío: El rumor de la mar,
se perfila cual sinfonía de sirenas
y como gaviotas en su regio volar;
Así como ellas…Volaron mis penas.
Autor: Víctor A. Arana.
(VÍCTOR SANTA ROSA)
Diciembre 6 del 2019.
- Autor: VICTOR SANTA ROSA ( Offline)
- Publicado: 8 de diciembre de 2019 a las 12:29
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 49
- Usuarios favoritos de este poema: Yamila Valenzuela, alicia perez hernandez
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