Bien dice Borges que “ya no es mágico el mundo. Te han dejado”. La putada es que hasta ese entonces tampoco buscabas que el mundo fuese mágico, simplemente ibas y venías en un vaivén de emoción sin carencias, de pura apetencia, pero sin concretar. No había puertos delimitados, no había ausencia, todo era y tú participabas.
Ahora, el puto mundo y tú, os sentáis todas las tardes, o todas las mañanas, o que sé yo como fracciona la gente el día, frente al escritorio, a tomar consciencia de la existencia y pasivamente, contemplar todo lo que no será. Así hasta nuevo aviso.
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