Diálogos Nocturnos

Cuando intento tocar la realidad
con la punta de los dedos,
hay veces que me despierto
contigo
y me aferro
confusa a tu contorno,
como si no existiera más
que tu respiración profunda,
tu cálido roce, tu cálido pecho.
Como si la vida naciera
en tu cálido aliento.

Amanece tu mirada entre las sombras,
llena de enigmas,
y tu mente me toca
dejándome contra las cuerdas.

Me seduce, despacio, a conciencia,
y me deja inmóvil,

con todo mi cuerpo pidiendo

que cese esta paz
con los ojos fijos suplicando

que empieces la guerra.

Entre cuerdas y nudos,
navegas a través de mi cordura,
atada y desnuda, acariciando con tu lengua
cada rincón de mi mente y de mi Ser,
donde todo es éxtasis y abismo.

Y cuando acabes de temblar en la orilla
yo arderé temblando contigo.
Desataremos las cuerdas despacio
acariciando el vértigo de tus latidos.

Y entonces te enredo entre mis brazos
esperando que la realidad
-tan insignificante-
se intente parecer a este silencio.