Allá… en 1951, era una fresca tarde en el antiguo Parque Frixione que estaba situado frente al Hotel Lido Palace, a dos cuadras del Lago Xolotlán. Cuando yo tenía un año de nacido, dos adolescentes, cercanas a mi familia, me dejaron caer al suelo, y del impacto se me quebró la clavícula.
Las chicas estaban en el parque peleándose por chinearme y en el pleito se olvidaron de mí y me dejaron caer. Ya crecidito mi mamá me contó, que ella me había prestado a las dos muchachitas que querían llevarme a pasear al parque. Las dos jovencitas con ganas de ser mamás, siempre jugaban conmigo como si yo fuese un bibelot de carne y hueso o uno de esos lindos muñecos de plástico que vendían en el "Chic Parisien", una tienda especializada en juguetes importados que había en la vieja Managua.
A mis preciosas niñeras les gustaba jugar conmigo al bebé y la mamá, me daban la pacha y todo cuento, y en ese tira y encoge, mis dos resaltados ojotes negros buscando un poquito de leche materna, se clavaban en los bellos y puntudos senos de las noveles mozas, y aunque tal vez, después de haber pegado una buena mamada de pechos púberes con mi babeante y sensual boquita, ya no me acuerdo bien si me haya dolido o no la clavícula quebrada...jejejeje
La única persona que me dio pesar en esta historia fue mi nana eterna, "La Elisa", quién fue mi china y mi ángel de la guarda hasta la muerte, la pobrecita no hallaba que decirle a mi mama, mientras yo me relamía los labios, -no del dolor,- sino de placer por la gran succionada que había pegado a las primeras tetas de mi vida, que no fueran las de mi mamá.
¿Abuso sexual? ¿Pedofilia en mi contra? Nuuuunca!!!!
El infante y feliz fauno estaba dando sus primeros pasitos en el dulce y doloroso oficio del amor. Para bien amar, se tiene que pagar un precio. A mi me costó la rotura de mi clavícula.
Lolo Morales
- Autor: Lolo Morales (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 16 de diciembre de 2019 a las 04:31
- Comentario del autor sobre el poema: Un cuentecito de la vida real cuando el poeta tenía un añito de edad.
- Categoría: Cuento
- Lecturas: 25
- Usuarios favoritos de este poema: Yamila Valenzuela
Comentarios2
No hay rosas sin espinas
Jajajajajajajaja... Disculpa que me ría, pero muy buen cuento, lo narras con mucha jocosidad.
Apapacho!
Tan real que hasta a mí me da risa
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