No soy creyente. Porque no estoy seguro de nada. Soy si acaso oyente. De una posible hada. Ayer entre campanadas. Revolotearon las cigüeñas. Las peregrinas arrodilladas. Mostraban sus humildes enseñas. De repente yo que no me emociono. Quiero decir que no lloro. Por una vez me abandono. Con las voces del angelical coro. Hasta los ateos alguna vez creen. Porque el alma tozuda cede. Como los ateos también leen. Se explica que la repentina conversión sucede
- Autor: argantonio ( Offline)
- Publicado: 16 de diciembre de 2019 a las 14:20
- Comentario del autor sobre el poema: Ayer con unos queridos familiares visitamos una zona histórica que goza de mucha verenacion en Andalucia, el océano Atlántico era inmenso no necesitaba música porque él ponía el viento , las olas y los pájaros , fue un día inolvidable. Mis mejores saludos a todos
- Categoría: Espiritual
- Lecturas: 26
- Usuarios favoritos de este poema: Yamila Valenzuela, Lualpri
Comentarios1
Yamila Valenzuela, ver el mar después de mucho tiempo, es rejuvenecer y darse cuenta de que el mar es el mismo, somos nosotros los que cambiamos, el mar se queda igual afortunadamente, saludos
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