Está bien...habla, habla,
vomítalo todo,
al parecer no te cansas,
nada bueno que decir
y aun así no te callas.
Siempre es lo mismo
la misma charla
el mismo pleito viejo
sobre absolutamente nada.
Pero soy yo, siempre yo,
yo lo ocasiono todo,
yo me debo disculpar,
yo debo arreglarlo todo
debo callar, debo rogar.
¡Pues al demonio todo!
las charlas vacías,
y las acusaciones,
si quieres mierda,
mierda tendrás,
si yo soy el problema
¡dejáme en paz!
Comentarios1
Es el hastío del alma, por la tormenta de otras. Me agradó leete, Saludos. Sigue escribiendo.
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