En la acuarela
se encuentran los colores
para pintar.
Hubo un artista,
con dedos prodigiosos,
que la tomó.
Pintó un gran cuadro
con todos los matices.
¡Era la vida!
Y de la nada
surgieron las estrellas
y luego el sol.
Así temblaron,
con miedo contenido,
por el futuro.
Estaban solas
en medio de aquel cuadro
del universo.
Pero el silencio
fue roto en un instante
de inspiración.
Brotó la vida,
el grito, el movimiento,
y hasta el suspiro.
Algún ateo,
sonríe al ver el cuadro,
que alguien creó.
Rafael Sánchez Ortega ©
25/11/19
- Autor: Pyck05 ( Offline)
- Publicado: 20 de diciembre de 2019 a las 14:37
- Categoría: Reflexión
- Lecturas: 15
- Usuarios favoritos de este poema: Ma. Gloria Carreón Zapata., Yamila Valenzuela, Lualpri
Comentarios1
Portentoso pintor, único! Un lujo la lectura de sus magistrales versos estimado autor. Saludos cordiales.
Me alegro de que te gusten, María Gloria.
Un saludo.
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