Aquellas canciones
que resuenan
en la garganta
de las afortunadas
se oyen mudas.
El eco de tus voces,
arrancó a dentelladas
atmósferas desnudas
que cubrían,
tu pecho de calma.
Los tiempos
me recordaron
quién sufría ahora;
atravesada
encarnizadamente
por espadas
de zafiro y diamante.
- Autor: beirre (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 21 de diciembre de 2019 a las 03:16
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 67
- Usuarios favoritos de este poema: migreriana, Lualpri
Comentarios1
Lindo
Buen título
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