Al final del día los pies flotan sobre las braceras del sillón y los dedos reciben las caricias del viento. Se mastica el aire que se vuelve cada vez más grande y profundo.
Es verdad que el cuerpo está más delgado y el alma más vacía.
La saliva y la garganta se desgastan con tanta gente. Todos te observan y te aplauden. Algunos te odian por el simple hecho de existir; y para otros a pesar de ser tus cercanos, eres una sombra más.
Aprendiste a vivir. Razón por la cual te dejan como una pelusa volando en el aire. Libre. Saben que lo harás bien. Saben que volverás. Ni por un momento se imaginan tu muerte o tus dolencias.
Eres la sombra que se esconde en otra y nadie lo nota.
Eres trabajo y eres espacio. Eres un sueño que nadie sueña; y tú no paras de soñar.
Escribes porque callas. Escribes porque temes solicitar tiempo. Escribes porque eres objeto. Escribes porque mendigas compañía. Escribes porque estás ocupado.
Y finaliza el día... y te das cuenta que estás completamente solo.
- Autor: Nadia Almazán (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 2 de enero de 2020 a las 00:01
- Categoría: Triste
- Lecturas: 49
- Usuarios favoritos de este poema: Lualpri, Fernando?, Syol *, Vogelfrei
Comentarios1
Excelente poema !
Le aplaudo con toda admiración...
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