Danzan las sombras,
sin arte ni concierto,
como en un baile.
Es algo raro,
que inquieta las pupilas,
en un segundo.
Suenan las doce.
Repican las campanas
del campanario.
Y se retiran,
se marchan las estrellas,
están cansadas.
Por las entrañas,
del alma de los cielos,
alguien cabalga.
Son los latidos
y el eco que perdura
de los comienzos.
¡Cuántas preguntas
se quedan congeladas
en la garganta!
¡Cuántas respuestas
contiene este universo
en su interior!
Y tú, mortal,
pequeño espectador,
¡sigue esperando!
Rafael Sánchez Ortega ©
23/12/19
- Autor: Pyck05 ( Offline)
- Publicado: 5 de enero de 2020 a las 08:12
- Categoría: Reflexión
- Lecturas: 16
- Usuarios favoritos de este poema: Yamila Valenzuela
Comentarios1
Escribes muy bonito. Nunca había leído tus poemas y hoy he hecho un recorrido por algunos de ellos,
Gracias por tu visita y comentario, Heligrari.
Un saludo.
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